Cardano es más que una criptomoneda. Es una plataforma tecnológica que tiene la capacidad de ejecutar aplicaciones financieras que se utilizan todos los días por individuos, organizaciones y gobiernos de todo el mundo.
El proyecto fue fundado en 2015 por el cofundador de Ethereum, Charles Hoskinson. Bautizada como la criptomoneda de tercera generación, Cardano intenta resolver algunas de las cuestiones más urgentes en el mundo de las criptomonedas: la escalabilidad, la interoperabilidad y la sostenibilidad.
Cardano es especial en muchos sentidos. Su desarrollo está basado en la revisión por pares, lo que significa que todos los cambios y mejoras se comprueban y verifican antes de su implementación. Este enfoque de hacer las cosas es único en el campo de blockchain.
Cardano también adopta un enfoque bifásico para el desarrollo de su red. La primera capa, llamada Cardano Settlement Layer (CSL), se encarga de todos los asuntos relacionados con la criptomoneda ADA, como las transacciones. La segunda capa, Cardano Computation Layer (CCL), es donde se ejecutan todas las aplicaciones y contratos inteligentes.
Cardano utiliza un algoritmo de consenso llamado Ouroboros. A diferencia de Bitcoin, que utiliza la prueba de trabajo (PoW), Ouroboros es un protocolo de prueba de participación (PoS) que es más eficiente y ecológico.
En términos de usabilidad, Cardano tiene un futuro brillante. Gracias a su enfoque de dos capas, Cardano podrá ejecutar una gran variedad de aplicaciones y contratos inteligentes. Esto significa que cualquier cosa, desde criptomonedas hasta dapps e icos, podría funcionar en la red Cardano.
Aunque Cardano es una promesa prometedora en el ecosistema criptográfico, también tiene su justa share de desafíos. Como todas las criptomonedas, Cardano todavía está en una etapa temprana de desarrollo y su éxito dependerá de cómo se maneje el proyecto en el futuro. Pero con su enfoque único y altamente científico del blockchain, Cardano bien podría ser la próxima gran innovación en el mundo de las criptomonedas.